El 10 de diciembre de 2013, en el marco de la conmemoración de los 30 años de democracia, se entregó en el Palacio San Martín la séptima edición del Premio Internacional de Derechos Humanos Emilio F. Mignone. En esta ocasión se distinguió la labor de Mary Aileen Diez-Bacalso, Secretaria General de la Federación Asiática contra las Desapariciones Forzadas (AFAD), con sede en Filipinas.
La ganadora resultó seleccionada entre más de 50 postulaciones al premio, por su vasta experiencia e incansable labor en la promoción y protección de los derechos humanos en Filipinas, en particular, y en Asia, en general, con especial énfasis en la desaparición forzada de personas.
Mary Aileen Diez-Bacalso comenzó su defensa de los derechos humanos a los 16 años y como estudiante universitaria se involucró en la defensa de grupos marginados en los barrios de la Ciudad de Cebú, el segundo centro urbano de las Filipinas. En 1988, tras la desaparición de su marido, Edsil V. Bacalso, comenzó su búsqueda diaria hasta lograr conocer su paradero. Este hecho la llevó un año más tarde a integrar la organización no gubernamental FIND, de la que fue co-presidenta y a dedicar su vida a apoyar la lucha de las familias de los desaparecidos en su país. Posteriormente, consciente de la magnitud global del problema, impulsó la formación de la prestigiosa organización Federación Asiática contra las Desapariciones Forzadas (AFAD).
En la actualidad, como coordinadora de la Coalición Internacional contra las Desapariciones Forzadas (ICAED), la Sra Diez Bacalso brega por la pronta firma y ratificación por parte de todos los Estados de la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, instrumento adoptado en 2006 por la Asamblea General de Naciones Unidas, con el impulso y la activa participación de la Argentina en todo el proceso de negociación y posterior campaña internacional para su firma y ratificación universal.
El Premio Internacional Emilio F. Mignone, otorgado por la Cancillería Argentina, tiene como fin el reconocimiento de nuestro país a instituciones y/o personas extranjeras, residentes en el exterior, que se destaquen en la promoción y protección de los derechos humanos en sus países de origen, tanto en la lucha contra la impunidad por violaciones masivas y sistemáticas de derechos humanos, como en cuestiones tales como la lucha contra la discriminación; la promoción y defensa de derechos civiles y políticos o económicos, sociales y culturales, entre otros temas. Así, la figura y obra del fundador del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Emilio F. Mignone, y los trabajos que realizan organizaciones no gubernamentales de este tipo, orientan la selección de prioridades y criterios de selección de los candidatos.